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Carmela López

Masonería Femenina en 1717



Durante un extenso período de tiempo, la Masonería estuvo vedada a la mujer. Más exactamente de 1717 al año 1882, período de 165 años en el que la mujer fue excluida de los trabajos logiales.


La historia nos dice que para 1717, las mujeres constituían el 40 % de las cuadrillas que construían catedrales y castillos góticos. Las había, maestras y jefas, como también acarreadoras y yeseras. Esto no se debate en la actualidad porque aún existe documentación de la época que lo demuestra.


Entre ellos puedo nombrar el sumario original de las cuentas mensuales de la reconstrucción de la Catedral de San Pablo del año 1676 en Londres. En ella figura un ítem de pago a mujeres y se encuentra en la biblioteca del Lanbeth Palace. También en el año 1613 se construye el Boulsover Castle donde mujeres demolían muros, acarreaban arena, cavaban cimientos, etc.


Todo ello consta en el Manuscrito titulado Anno Domine 1613 book of buildinge charges of Boulsover en poder de la Gran Logia Unida de Inglaterra.


Siendo así, la lógica dicta que las mujeres también participaban de los trabajos logiales. En muchos casos no lo sabremos porque gran parte de los documentos masónicos desaparecieron en el año 1721. Sin embargo, algunos de estos documentos han sobrevivido, entre ellos: el Manuscrito de York N°1 de la Logia N°236 que data del año 1600, actualmente en poder de la Gran Logia Unida de Inglaterra, donde dice textualmente: “…habiendo

tomado el Libro de los Ancianos, AQUEL o AQUELLA que será hecho masón…”.


Y también el Manuscrito Colne N°1 que dice: “…AQUEL o AQUELLA que será hecho libre…” del año 1685.


En el período que abarca desde 1717 a 1723 se inicia el proceso de invisibilización a la mujer. En el año 1717 se funda la Gran Logia de Londres con cuatro Logias londinenses. Ellas se llamaban La Corona, El Manzano,


El cubilete y la Uva y el Ganso y la Parrilla. Otras dos asistieron pero se retiraron por no aprobar la propuesta y se mantuvieron en la Gran Logia de York que ya existía desde 1705. La histórica reunión se lleva a cabo en la Taberna del Ganso y la Parrilla, cuyo nombre surge debido a que desde 1350 había ocupado ese edificio, la Honorable Compañía de Música de

Londres, que tenía como escudo, un cisne y una lira.


En el año 1721, el Gran Maestro Duque de Wharton, solicitó al pastor protestante escocés, James Anderson, que redactara las Constituciones de los Francmasones. Tamaña tarea fue culminada en tres meses, gracias a que el masón Payne, ex Gran Maestro, había estado recopilando por dos años las Constituciones Góticas en las que debía basarse la nueva obra.


En el año 1723, las Constituciones son promulgadas por la Gran Logia de Londres.



Las Constituciones Góticas son más de cien documentos antiguos de los gremios medievales. Entre ellos se encuentran: Las Constituciones de York (926); los Estatutos de Ratisbona (1498); el manuscrito Gran Logia N°1 (1583); el manuscrito de York N°4 (1693); el Manuscrito Dumfries N°4 (1700); el manuscrito Colne; etc.


Para la redacción de las Constituciones, Anderson recibe la consigna, por parte del Duque de Wharton, de cambiar el método. Anderson incurre en incongruencias, omisiones, alteraciones, etc. que a lo largo de la historia, han sido ampliamente debatidas hasta llegar al punto de llamar a su postura Andersonería, en contraposición a Masonería.


Aún se debate sobre si ello fue a causa de cuestiones económicas (ya que era un escritor pobre), religiosas (era un pastor protestante en épocas en que la religión del rey definía la religión del país), políticas (era partidario de los whigs, quienes sostenían la posibilidad de alzarse contra el rey en determinadas ocasiones, algo a lo que lo jacobinos no aceptaban)  o porque era miembro de la Royal Society (que es una sociedad de intelectuales, de donde literalmente copia varios artículos y que sigue existiendo en la actualidad pero totalmente independizada de la Masonería).


También se cree que mucho de los cambios que introduce se deben a su desconocimiento, porque por un lado era escocés y no inglés (lo que alimenta la idea de que desconocía la masonería inglesa) o porque no era iniciado, sino que era un masón aceptado en una Logia y muchos secretos iniciáticos le estaban vedados.


En cuanto al arte gótico, Anderson se muestra contradictorio, ya que por un lado dice que es “excelente” y por otro lado, habla de la “ignorancia gótica”, de la “confusión e impropiedad de los constructores góticos”. El arte gótico es el nexo entre los masones antiguos y los modernos y se caracterizó por las grandes alturas y el ingreso de la luz en forma de caleidoscopio.


Esta forma de construcción fue la que dio a la Masonería, nuevas ideas sobre la luz, Dios y la mujer. Esta exclusión es la que da comienzo y base a la desaparición de toda mención de la mujer.


Este proceso de exclusión de la mujer culmina con las Constituciones de Anderson, donde de alguna manera se legaliza esta situación, junto con cambios que afectaron, principalmente, la simbología de la Masonería.



La Masonería Femenina resurge nuevamente en el año 1882 cuando la Logia “Libres Pensadores” de París, solicita autorización para iniciar a una mujer.


Ante la negativa de la Gran Logia a autorizar la iniciación, la Logia resuelve retirarse. La histórica ceremonia se lleva a cabo y Marie Deraismes, es iniciada en la ciudad de Perq. Durante su iniciación, en su discurso de agradecimiento, entre otras cosas, dijo a los Hermanos: “…la puerta que ustedes me han abierto, no se volverá a cerrar detrás de mí, y toda una legión me seguirá. Por ustedes, un prejuicio ha sido vencido”.


Sus palabras se conservan hasta nuestros días como uno de los discursos feministas más

emblemáticos y más antiguos que se conozcan.


Históricamente, está documentada la participación de la mujer en el gremio de constructores mucho antes de 1717. Su desaparición del escenario masónico obedece a cuestiones históricas de discriminación de la mujer, algo que se repetía en todos los escenarios de la época.


Sin embargo, la Masonería es progresista y, a través del tiempo, los y las masones han

establecidos relaciones fraternas que exceden ampliamente el valor de una Constitución creada por hombres imperfectos, prejuiciosos y limitados por cuestiones culturales que no supieron manejar.


Carmela López

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